Me he dado cuenta que cada vez que el Papa Benedicto XVI visita algún país, se leen ciertos comentarios pesimistas acerca de su llegada, de su recibimiento y de la repercusión.
Si bien es cierto que en casi todas las visitas siempre hay grupos en contra, y que especialmente, están enojados con la Iglesia por ciertas opiniones, lo real es que la gran mayoría de los católicos lo reciben siempre favorablemente.
En general, los que están en contra -y lo digo por vivencias propias en Australia- son grupos que están a favor del matrimonio gay, del aborto, de la adopción gay y en menor medida, del sacerdocio femenino.
Ahora, los que se manifiestan a favor del aborto por ejemplo, deben entender que en la religión católica eso no está permitido, y no significa que sea algo en contra de ellos específicamente, sino que va en contra del respeto y el amor a la vida, que tienen en general todas las religiones.
Abortar es matar. No hay que dar muchas explicaciones. Y las violaciones a las mujeres no se vengan con el homicidio del bebé. En todo caso, ese niño por nacer se dará en adopción, pero él no va a pagar por culpa de un enfermo que cometió la violación.
La vida es algo sagrado, y todos tenemos derecho a nacer, lo dicen las cartas internacionales de derechos humanos básicos. No sólo Benedicto. Por eso, me parece una expresión de intolerancia manifestarse contra el Papa por tener una opinión distinta. Ya ni hablemos del respeto por ser la cabeza de una comunidad, pero al menos el respeto por pensar distinto, que es también un derecho inherente a todos los humanos: la libertad de conciencia.
Discriminar es agredir, ignorar, dañar psíquica y físicamente, es apartar,y menoscabar. Yo pienso que cada vez que veo esa clase de manifestaciones que no provocan nada, sólo se está discriminando a los católicos, que tienen a un Papa como referente y una doctrina y principios básicos como modo de vida, que hay que respetar, estemos o no de acuerdo.
Tampoco hay que dejarse amedrentar, ni avergonzarse. Yo estoy en contra del aborto. Y no tengo verguenza de decirlo. Porque yo no soy una asesina. Y aquellos que te dicen que muchas mueren por practicarse abortos ilegales, yo me pregunto: ¿Acaso la solución es legalizarlo? En España, según un informe del diario El Pais publicado hace dos semanas, el aborto se legalizó y las chicas siguen eligiendo clínicas privadas para practicarlo y si es a escondidas, mejor. No ha bajado aún el índice de prácticas peligrosas. Lo único que sí cambió es que ahora el Estado español se hace cargo del gasto de matar inocentes. Además, la solución no está en hacerlo más legal, según analizaba una médica, sino en buscar los métodos de educación para prevenir embarazos no deseados así no carga ese bebé con la culpa de los adultos.
Todos fuimos así de chiquititos y ahora somos esto. Gracias a que no nos abortaron.
¿No les parece gratificante?
Nínawa D
Nota escrita por Nínawa Daher el Martes, 09 de noviembre de 2010 a las 3:14
Fotografía de Nina
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