domingo, 23 de enero de 2011

"Consecuencias" por Nínawa Daher


Al parecer lo que algunos denominan "causas" en realidad son las consecuencias.

Las razones de las incursiones militares en territorios ajenos suelen ser el terrorismo, el fanatismo y el extremismo. Pero analizando la línea de tiempo que me enseñaron en el colegio, me doy cuenta que lo primero trae lo segundo y no al revés.

El ex-presidente de los Estados Unidos George W. Bush reconoció el pasado 3 de diciembre que "la Invasión a Irak fue el mayor error de su gobierno", agregando haberse equivocado al creer que había armas de destrucción masiva en el país milenario. Lo mismo hizo Tony Blair, el ex primer ministro británico, aunque agregó que creyó " haber realizado lo que era bueno para su país".

Antes de la invasión a Irak, ocurrida el 19 de marzo de 2003, habitaban el país árabe más de ocho millones de personas. En el año 2005, según las Naciones Unidas, el número de habitantes descendía a cinco millones y medio. Estamos hablando, sólo en dos años de ocupación, de dos millones y medio de bajas, en las que se incluyen las mujeres, los niños y ancianos. Hoy, a casi seis años de ese 19 de marzo (al que nadie abrevia 19-M para que no se grabe en las mentes de los mortales) las Naciones Unidas aseguraron no poder calcular el número exacto de fallecidos. Lo peor del caso, es que luego de la intervención militar extranjera se provocó una guerra civil entre las distintas comunidades religiosas que antes vivían en paz. El fanatismo religioso creció luego de esa intervención, no hay dudas.

Otros ciudadanos que al parecer son de segunda, son los habitantes de Gaza. Sus muertes no son las muertes que interesen a una porción poderosa de la humanidad. La utilización comprobada de armas químicas contra ellos, no es tema de discusión en los sillones del poder. La razón es que ya hace varios años que son catalogados de "terroristas", y ¿Quién puede contra el imaginario colectivo? Todos los palestinos son terroristas, no importa si son madres de familia, niños inocentes o ancianos inválidos.

La impunidad internacional es el veneno más codiciado para los fanatismos y extremismos de todo tipo.

Si los poderosos no quieren fanáticos que se inmolen, dejen de avivarles la llama de la impotencia.

Nínawa Daher

Nota escrita por Nínawa Daher el Sábado, 24 de enero de 2009 a las 19:13
Agradecimientos a Fotografía de Nínawa Daher

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