“Nina era maravillosa. Ella era mi amiga, me adoraba. Tanto que, si me veía sufrir, enseguida se preocupaba. Tenía esa forma de ser, siempre pensando en hacer feliz a la gente, trataba de darte un poco de paz, de tranquilidad. Ante cualquier problema se inquietaba, ella buscaba una solución. Cuando me veía muy triste me decía “… Y bueno Ale, ya vas a encontrar a la mujer que te merecés, si así se dan las cosas, es porque Dios así lo quiere…”. E inmediatamente se ponía a buscar amigas separadas o solteras y les hablaba de mí.
Me llamó un día por teléfono y me dice “… Ale, por qué no llamás a Pamela, ella es mi amiga desde hace muchos años y le hablé de vos…”. La cuestión es que yo llamo a Pamela, nos conocemos personalmente, la invito a cenar a un lugar muy importante y le regalo un perfume importado. Claro, yo iba con todas las intenciones de que nos conozcamos bien porque Nina quería que yo saliera con su amiga. El problema fue que la chica me habló durante toooda la cena de su ex. Yo me quería matar. Después la llamé inmediatamente a Nina, que no entendía nada cuando le dije: “…Che flaca, me querés matar vos a mí, ¿qué me buscaste?…” Y le conté todo con lujo de detalles. Nina me contestó “perdoname Ale, te pido perdón…” y yo conociéndola le respondí que no se haga problema, que el tiempo dirá.
Nina quedó tan mal y tan preocupada que a la semana siguiente, tenía otra amiga para presentarme. Me llama y me dice “… Ale, le hablé muy bien de vos a Marcela, es inteligente, profesional, etc…” A esta amiga no la conocí personalmente, pero Nina se había embalado tanto que sentí la necesidad de comunicarme con ella a través de Facebook. Y charlando, charlando, ansioso el hombre, y con lo que Nina me decía, pensé que ya estaba todo cocinado el tema y que lo había hablado con su amiga. Así fue que yo me fui largando de a poco. Pero, a los dos días me escribe la tal Marcela, un poco enojada, diciéndome “… qué me decís vos, que yo te intereso y le estás pidiendo a Nina que te haga gancho…” a lo que yo le respondo “… qué te pasa nena, yo no te conozco, Nina quiere que sea amigo tuyo y vos me retás…”. Creo que se puso de mal humor y la llamó a Nina…
A partir de ese momento, le pedí a Nina que pare un poco de buscarme novia. Salía de una y me metía en otra. Era divina. Pobre Nina, ella siempre te quería ver feliz, siempre me lo decía…
Sé que Marcela se enojó mucho, dejó de hablarme hace como nueve meses. No teníamos contacto hasta que ayer, en horario de mi programa de radio, veo en mi Facebook que aparece un mensaje de ella. Me decía que la nota sobre Nina, la hizo llorar todo el día, que le había parecido muy profunda y emocionante y que “con razón, Nina tenía tanto cariño por vos“. Agregó, mágicamente, “… cuando vengas a Buenos Aires, te quiero conocer personalmente…” No lo podía creer!!!… Pensé que Nina, hasta en el cielo, me seguía haciendo gancho para que yo consiga novia…”
Jorge Alejandro Mustafa - Dedicado a Nínawa Daher
Agradecimientos a Alejandro por el texto y la fotografía
1 comentario:
Que buena historia, que especial era Nina. Saludos a todos!
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